Respecto a los conceptos expuestos en la entrada anterior podemos puntualizar algunas cuestiones. En primer lugar si consideramos la adaptación como un proceso continuo, global y cambiante no podemos centrarnos en la permanencia que se asocia a la inadaptación ya que entonces, no existiría la posibilidad de cambio. También hay que destacar la consideración de la inadaptación/desadaptación como una situación negativa. Sin embargo tanto de forma general en la sociedad como en el propio individuo se dan situaciones de ruptura o cambio que a su vez, generan nuevas situaciones que si pueden ser positivas como es el caso de los nuevos modelos de familia o la propia adolescencia respectivamente. Así mismo abría que destacar el propio desarrollo del/ los concepto/s ya que según se ponga en relieve la responsabilidad del individuo, de la sociedad o de ambos, también se determinaran las formas de intervenir ante ellos.
Respecto al concepto de pobreza, en relación con lo anterior cabe destacar que la diferencia radica en que la inadaptación/desadaptación no tiene por qué implicar ausencia de recursos como si lo hace la pobreza, pero esta última sí genera desigualdad de oportunidades. También creo importante apuntar que el concepto de pobreza, en mi opinión, se ve superado por los de marginación y exclusión, ya que considero que la carencia que implica la pobreza es un factor, de entre otros, que conduce a la marginación.
En un primer momento, en relación a los dos conceptos citados en el párrafo anterior, pensaba que era la exclusión de un individuo o grupo de la sociedad lo que conducía a la marginación social. Sin embargo tras analizar detenidamente ambos conceptos creo que esta dinámica se produce a la inversa, ya que al igual que la inadaptación/desadaptación, la integración social es un proceso continuo y cambiante por lo que un individuo o grupo puede acercarse a la exclusión en el momento en el que confluyan ciertos factores como la carencia de hogar, problemas de consumo de drogas, falta de habilidades sociales y formación, desempleo de larga duración y aislamiento de apoyos sociales. En este acercamiento que se puede producir de la inclusión a la exclusión se puede distinguir un momento de vulnerabilidad que podemos relacionar con la marginación, ya que el individuo o grupo se mueve en una delgada línea que le sitúa en una situación de inferioridad. En esta frontera de la vulnerabilidad aquellos que permanecían con cierta estabilidad respecto a la sociedad pueden verse expulsados de la misma.
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