El último seminario ha tenido por temática la intervención desde los Servicios Sociales Comunitarios con infancia y familias.
En primer lugar, para contextualizar el tema, hay que hacer referencia a la legislación que regula la protección y la intervención con menores y familias, ya que hay que conocer el marco legal en el que nos situamos. Podemos encontrar una normativa estatal que sientas las bases del derecho, aunque eminentemente, orientativo de las políticas que desarrollan las comunidades autónomas. Por ello, para conocer las prestaciones y recursos que ofrecen los Servicios Sociales hay que analizar normativa como el Estatuto de Autonomía (competencias propias en menores, juventud y personas mayores), Ley 2/1988 de Servicios Sociales de Andalucía (destinatarios, objetivos y ámbitos de actuación) y Plan Concertado (prestaciones básicas de los Servicios Sociales y criterios de planificación).
De forma más concreta, podemos analizar la intervención pública en este ámbito, a través de los servicios y prestaciones que ofrece la comunidad andaluza. Los Servicios Sociales Comunitarios en Andalucía se gestionan a través de 4 servicios como son: Servicios de Información, Valoración, Orientación y Asesoramiento, donde se llevan a cabo las primeras atenciones y prestaciones a la población, así como los contactos con los demás recursos sociales; Servicio de Ayuda a Domicilio, que se encarga de la atención en el ámbito doméstico, social y de apoyo personal a familias y personas con el objetivo de facilitar una autonomía en su medio habitual; Servicio de Convivencia y Reinserción Social cuyo objetivo es la incorporación de todos las personas a la vida comunitaria y el Servicio de Cooperación Social. En el que se apuesta por la promoción y potenciación de la vida comunitaria, impulsando el asociacionismo. Todos estos servicios quedan regulados según el Decreto 11/1992, de 28 de enero, por el que se establecen la naturaleza y prestaciones de los servicios sociales comunitarios. Dentro de los Servicios Sociales pero como servicio exterior y especializado encontramos los Equipos de Tratamiento Familiar (ETF) como aquel recurso destinado a atender a las familias que tengan algún problema o estén en riesgo de exclusión social.
Dentro de uno de estos servicios, en el de Convivencia y Cooperación Social, se encuentra un programa dirigido a la atención a las familias y la infancia (PAFI). Este servicio tiene por objetivo la atención a núcleos familiares en los que se encuentren menores de edad. Ante una situación o circunstancias, concretas o generales, de dificultad que impiden el crecimiento individual inadecuado de sus miembros o en su conjunto como tal, influyendo en su pleno desarrollo y su integración social actúa el Programa de Atención a la Familia y la Infancia. A través de este programa se pretende dar apoyo económico, social, educativo y psicológico para superar las situaciones de dificultad o crisis, siendo los equipos multidisciplinares el “instrumento” más adecuado en la intervención. Estos equipos están compuestos por un trabajador social, un educador social y un psicólogo generalmente. A pesar de que la ponente resaltó la escasa presencia del educador social en muchos de los servicios sociales a continuación voy a destacar las funciones propias tanto del educador como del trabajador social, en los Programas de Atención a las Familias y la Infancia.
Una vez expuesto el funcionamiento general de los servicios y prestaciones, pasamos a tratar los diferentes modelos y teorías que se pueden utilizar en la intervención socioeducativa con las familias y la infancia. Uno de los modelos más nombrados durante la conferencia fue el modelo sistémico, por lo que a continuación intentaré explicar brevemente en qué consiste dicho modelo.
El modelo sistémico, aplicado a la familia, no se centra en analizar las características o formas del comportamiento ni sus manifestaciones individuales sino que se centra en las interacciones de los componentes cuando aparecen las conductas y las funciones que tienen éstas en la composición/estructura familiar. En esta estructura se sitúan todos los patrones de conducta familiar por lo que los trastornos del comportamiento se consideran, según este modelo, una función de las relaciones humanas, pero nunca de los individuos inadaptados. La intervención según este modelo, sería el cambio, ya sea de la estructura familiar, de los canales de comunicación, de las interacciones...A continuación podéis ver un gráfico que representa la intervención familiar con el modelo sistémico extraído de “El modelo sistémico en el trabajo social familiar. Consideraciones teóricas y orientaciones prácticas” escrito por Manuela Palomar Villena y Esperanza Suárez Soto publicado en Alternativas: cuadernos de trabajo social, ISSN 1133-0473, Nº. 2, 1993, pág. 174
Tus entradas siguen siendo muy muy buenas, pero ¿ya las clases? Un ultimo tirón!
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