En esta clase vimos un reportaje emitido en Informe Semanal sobre la situación de los gitanos en la Unión Europea. Después se plantearon una serie de cuestiones en torno a la problemática y el colectivo al que afecta, las causas que lo generan y posibles vías de intervención.
En primer lugar la problemática que se plantea es la situación de exclusión social en la que se encuentran un colectivo que cómo único rasgo común comparten su origen étnico, es decir, ser gitanos rumanos. Lo que les sitúa directamente en una posición de desigualdad y exclusión.
Como causas de esta situación podemos destacar el prejuicio y la discriminación que sufre este colectivo, asociándole conductas delictivas y disociales de forma automática. Se produce así una estigmatización y criminalización generalizada del mismo.
Para paliar en cierta medida esta situación el propio video plantea los ámbitos a intervenir. En primer lugar muestra la dificultad para entrar en el mercado laboral, por lo que normalmente quedan relegados a actividades de economía sumergida, impidiendo así acceder a unas de las principales vías de inclusión social: el empleo. Por ello deberían de promoverse actuaciones dirigidas a la formación educativa y laboral de estas personas pero también hacia la contratación de las mismas. También se ven afectados por la falta de vivienda, sus condiciones extremas de vida en “asentamientos ilegales” con pésimas condiciones higiénico-sanitarias. En este sentido debería plantearse un trabajo a corto plazo en que converjan la intervención pública para mejorar estas condiciones de vida (atención medico-sanitaria, salubridad de la zona, servicios de higiene, etc.) y aspectos educativos con el colectivo en sí (hábitos saludables, alimentación, etc.).
Respecto a medidas eminentemente educativas deberíamos distinguir entre medidas dirigidas a la sociedad en general y medidas dirigidas al colectivo. En las primeras se pueden englobar aquellas que permitan sensibilizar y acercar a la sociedad la situación de los gitanos rumanos, rompiendo con los prejuicios y estereotipos que a ellos se asocian. Para ello se deben de utilizar los lugares de contacto entre ambas realidades (escuela, espacios de encuentro) para descubrirse mutuamente y mejorar la convivencia y la integración del colectivo.
En cuanto a las medidas dirigidas al colectivo en primer lugar habría que una medida a medio paso entre la intervención educativa y social estaría la cuestión del idioma, ya que poder comunicarse facilita el proceso de inclusión social. Dirigidas a la población adulta habría que trabajar sobre conductas y pautas sociales que faciliten su incorporación social pero respetando los rasgos culturales propios. No hay que imponer patrones culturales ni tampoco justificar conductas en base a la cultura. Hay que hacer una especial mención a las medidas en relación a los menores, ya que el trabajo con ellos permite unos beneficiarios directos (los propios niños) e indirectos (padres y familias en general). En este sentido habría que incidir especialmente en sensibilizar a los padres en la importancia de la escolarización de los niños y ofreciendo recursos como transportes, servicios de higiene y comedor que permita tanto cubrir las necesidades más básicas como potenciar conductas, hábitos y rutinas como la alimentación, el levantarse e ir al cole y relacionarse con otros niños.
