La exposición de hoy ha estado dedicada al colectivo gitano. Para comenzar el tema, nos han planteado el recorrido histórico del pueblo gitano. Se trata de un grupo étnico de origen indio que llegó a la Península en 1447, teniendo una buena acogida y una buena adaptación social. Sin embargo, esta situación duró poco, ya que con los Reyes Católicos comienza un periodo de persecución y represión que criminaliza a este colectivo.
Con la llegada del S. XIX, se logra una mayor inclusión del pueblo gitano a través de la agricultura y ganadería. Sin embargo, con la revolución industrial empeora su situación y vuelven a encontrarse en una situación de exclusión y marginación social. Esta situación, se mantiene hasta la actualidad. Aunque poco a poco se están llevando a cabo iniciativas que mejoran su inclusión y su participación social, aún existe grandes diferencias que hay que salvar para poder decir que se trata de un colectivo integrado socialmente.
Para poder entender mejor la situación de la que debe partir cualquier tipo de intervención con este colectivo hay que hacer referencia a la cultura gitana. En primer lugar, la familia es un pilar fundamental y generalmente, suele ser extensa, ya que pueden convivir varias generaciones. A pesar de que en la actualidad se estén introduciendo cambios, la organización suele basarse en dos criterios, el sexo, ya que suele ser patriarcal y la edad, ya que el respeto a los mayores es un valor muy importante en esta cultura.
Como hemos dicho, la familia suele organizarse en torno al papel del varón. Está organización excede en muchas ocasiones del grupo familiar, ya que suele haber un sentimiento de hermandad muy fuertes aunque no existan lazos familiares “formales”. De ahí que existan una serie de roles sociales asociados al hombre gitano, designados a través de conceptos como vara (hombre capacitado para responsabilizarse de su familia), bató (padre casado por el rito gitano y responsable de su familia), Tío (persona mayor al que se le debe respeto) y patriarca (mediador y representante con poder sobre un grupo). Estas palabras, designan roles masculinos que se podían encontrar en este colectivo, sin embargo, no tienen por qué darse en todos los grupos ni ser reconocidos como tales.
En cuanto a la mujer gitana, su papel tradicional estaba vinculado al ámbito doméstico como la crianza de los hijos y el cuidado del hogar, aunque también puede colaborar en el sustento económico de la familia. En el caso de las mujeres, encontramos también una figura de referencia social, la Tía que sería aquella persona mayor que sirve de referente a los demás por haber desarrollado un papel importante en los roles asignados a ella. En general, el papel de la mujer gitana en la participación social, suele ser aún más desigual que el de los hombres, ya que dentro de la comunidad gitana tiene un papel más importante en el ámbito privado, pero fuera de ésta se encuentran con una doble dificultad, además de ser mujeres, son gitanas, por lo que su acceso al mercado laboral por ejemplo, es aún mas difícil.
Otra característica importante de la cultura gitana la encontramos en el ámbito de las relaciones interpersonales. Generalmente, encontramos una red bastante sólida y extensa de apoyos sociales que constituyen el principal elemento de integración social de este colectivo. Generalmente, el hecho de identificarse como gitano, genera una identidad colectiva y de pertenencia al grupo.
En todo momento, tenemos que tener en cuenta que el colectivo gitano, es un grupo muy heterogéneo, ya que lo único que tienen en común, es pertenecer a la etnia gitana, por lo que la forma en la que cada uno vive e interpreta esa característica es tan variable como personas puedan encontrarse en esa situación. De forma general, y siguiendo la clasificación de Fresno podemos distinguir entre varios grupos de gitanos:
- Grupo elitista dentro de la minoría: estaría compuesto por aquellas personas, generalmente jóvenes que tienen estudios secundarios o universitarios. Forman un grupo que apuesta por una mayor apertura del colectivo y una mayor integración social.
- Grupo que vive “como gitano” con cierta estabilidad, poseen un trabajo estable que les permite una cierta participación social
- Grupo en fuerte proceso de mutación: es el grupo más mayoritario, desarrollan trabajos más precarios y suelen vivir en barrios marginales.
- Grupo desestructurado y marginal: es el grupo que se encuentra en una situación de exclusión social superlativa, con condiciones de vida y vivienda en muchas ocasiones infrahumanas y aislados de la sociedad físicamente.
A pesar de que como vemos, la pluralidad está presente en este colectivo, existe una dinámica generalizada que les conduce a una situación de exclusión muy fuerte. Esta dinámica social está interrelacionada y forma el círculo de la pobreza en el que podemos encontrar factores como:
Para analizar de forma más concreta estas problemáticas es importante tener en cuenta:
Prejuicios y estereotipos
La visión y aceptación social de este colectivo es bastante negativa. Normalmente nos encontramos con que la sociedad generaliza las conductas disociales de algunas personas al conjunto del colectivo. De esta forma vemos como se construye una percepción social que estigmatiza a todo el colectivo. Ante esta situación, el colectivo gitano debe luchar constantemente contra estos prejuicios, encontrándose en una situación de desigualdad en prácticamente todos los ámbitos de participación social.
Mercado laboral
El mercado laboral constituye un sistema importante de socialización en la etapa adulta así como un instrumento de integración social. Sin embargo, como ya hemos dicho, existen muchas dificultades para su inserción laboral efectiva.
En el caso del colectivo gitano, encontramos que tradicionalmente, se han dedicado a profesiones como la venta ambulante o el comercio, la recogida de residuos o chatarra entre otras. Sin embargo también encontramos como se están incluyendo en nuevo perfiles laborales, tanto cualificados (funcionarios) como no cualificados (construcción).
A pesar de ello, tenemos que tener en cuenta para su inclusión total en el mercado laboral aspectos como su incorporación más temprana al trabajo y un mayor tiempo de desarrollo en el mismo; existe un porcentaje de paro considerablemente más alto que entre la población en general y la precariedad laboral y los contratos temporales también les afectan más.
Hay que hacer una mención especial a la dificultad de la mujer gitana para acceder al mercado laboral, sin embargo, cada vez más mujeres están intentando desarrollarse laboralmente, tanto por la necesidad de aportar ingresos económicos a la unidad familiar como por su propio desarrollo personal.
La educación
La educación es un derecho para todos los niños y la mejor forma de adquirir y desarrollar destrezas y capacidades para relacionarnos con el mundo que nos rodea. La escuela es la institución, junto con la familia, que más influye en la socialización de una persona. Aunque existe un porcentaje importante de absentismo escolar entre los menores gitanos, cada vez existen más niños escolarizados y cada vez se presta más atención a estas situaciones.
La escuela puede configurarse como un factor de protección muy importante, ya que permite a cualquier persona su desarrollo y promoción social y un marco donde se establecen las relaciones entre iguales. En mi opinión, en muchas ocasiones, las pautas de interacción entre los niños, son el reflejo de la dinámica social que desarrollan los adultos, por lo que trabajando la inclusión, la diversidad y la interculturalidad en la escuela, se pueden evitar situaciones de marginación y exclusión en el futuro.
Quizás la asignatura pendiente sea la continuidad de los estudios, pero además de que ya de por sí se está ampliando el tiempo de permanencia en el sistema educativo, las estrategias de intervención social y educativa se centran en aspecto.
Para terminar este factor, también me gustaría destacar que la escuela puede convertirse en un lugar de encuentro, donde toda la comunidad escolar, profesores, alumnos y padres, interactúen, compartan y construyan una escuela más inclusiva para todos y más adecuada a las necesidades, no sólo del currículum de cada niño, sino también de su desarrollo personal y social.
El papel del educador social en relación con este colectivo debe desarrollarse en dos sentidos principales, pero integrados:
- Por un lado, el desarrollo de estrategias que favorezcan la participación y la integración de la población gitana a través de intervenciones educativas que favorezcan su inclusión en el mercado laboral, así como la prevención de cualquier situación de riesgo y reeducación de hábitos y habilidades sociales con las personas que se encuentren en una situación de desadaptación.
- Por otro lado, debe sensibilizar, transmitir y promocionar la cultura gitana a la población general, ejerciendo de mediador ante los posibles conflictos que puedan surgir y sensibilizar sobre su situación así como romper los prejuicios y estereotipos que existen sobre este colectivo.
En mi opinión es muy importante la intervención educativa con este colectivo, ya que permite, tanto romper con los estereotipos y prejuicios que normalmente existen sobre ellos, afianzar y mantener el proceso de inclusión en ámbitos como el sistema educativa y el mercado laboral a la vez que permite incidir y “redireccionar” aquellas situaciones que generan más exclusión social. También es importante potenciar la participación y visibilización de este colectivo más allá de las problemáticas asociadas a él.
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